glayíu del díi

viernes, 20 de septiembre de 2013

Periodismo, ismo, ismo.

Me llama poderosamente la atención, algo que leo en internet sobre el periodismo... Dice que sólamente el 1 % de los periodistas, define su situación laboral como buena. Sí, no lo invento yo... Un dato que proviene de un barómetro sobre la profesión de periosdista en España.
Aparecen más datos, entre los que destaca qué sólo el 72 % de los periodistas está en activo. Y, los cuales, un 23 % cree que su trabajo está en peligro a corto plazo, y otro 49 % a medio plazo. A lo que se suma que 8 de cada 10 periodistas, consideran que el periodismo en España es muy malo. Y, viendo los datos, otro que se me antoja mucho peor: sólo un 16 % a iniciado,con éxito o no, su propio proyecto informativo.
los periodistas cada vez más dependientes
Vaya panorama que tenemos. Viendo ésta información, yo pienso en la información que nos llega... Parcial y comprometida con los intereses de quien paga. ¡¡Seguro!!
¿Qué esperamos? Viendo datos sobre cuotas de pantalla en televisión, audiencias en radio y los datos sobre los periódicos, creo, en serio, que todavía trabajan muchos periodistas. Más que muchos, ¡¡demasiados!! 
¿Por qué? Basta con ver los noticiarios y medios de información cualquier día: lo mismo en casi todos (en cuanto a las noticias con peso o relevancia), y, según el interés del medio, las restantes. Mucho miedo, más miedo, mucho fútbol (que no deporte), desfalcos y corruptela de los poderosos mientras los que entran en la cárcel son los que carecen de medios...
Y, lo peor de todo, es que sólo el 16 % de los periodistas han intentado llevar a cabo su proyecto, es decir, dar a conocer su información de los distintos asuntos diarios. Está claro, si no hay independencia habrá dependencia. Creo, que los periodistas, como muchos otros gremios, prefieren ser soldado que mercenario. Prefieren el cocido caliente, que una ensalada fresca. Viendo este panorama, cada día me felicito por ir desenganchando del tinglado informativo a que nos someten. Por eso, según los católicos, que Dios nos pille confesados.

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