No se muy bien porque, pero abrí un email de esos que llegan a montones y que, la mayoría de las veces, lo borro sin mirar. La verdad, me preguntareis, para que sigo recibiendo correos que no llego a abrir... Pues no es la primera vez que me lo pregunto yo mismo. El caso es que a veces, muy pocas, el que abres trae algo que parece dirigido a ti. ¡Ah! Claro, que a vosotros no os sucede...

Pues bien, dentro habla de un CONTRATO CÓSMICO de PROSPERIDAD. Y dice que el mismo ayudará a mejorar mis proyectos para el próximo año 2013. Hasta ahí todo bien, una buena idea que debemos de plasmar en un papel y, por lo tanto, nos lleva a una conversación, larga o breve, con nosotros mismos. Pero claro, ya tiene el primer incoveniente: era para firmarlo a una hora concreta durante el pasado día 27 o, en su defecto, el día 28. "¡¡Vaya hombre, algo bueno y que voy a relizar ya caducó!!" Sin embargo, llamo a mi YO SOY y me digo que haya pasado el momento o no, lo voy a realizar. Ya sabes eso de que lo que piensas es lo que atraes ¿verdad? Entonces para que voy a atraer cosas que no me gustan.